sábado, febrero 21

Lúthien Tasardur, Amrod Númenessë

Era sobre hombros de mortal, era un camino de ladrillos amarillos anudados en cuatro bancas, cuatro puntos cardinales. Me pareció inútilmente triste todo, vi tres botes al horizonte de un mar (pero el mar es siempre y en distintos lugares, el mismo) cortado a diamante por una vereda que se hundía, vi a una chica despidiéndose sin despedirse; volver, vi a las palomas y a la gente, oí automóviles deslizándose en chirridos detrás de mí. Vi, oí, olí todo eso y aún sentía como que una moneda fría metida entre el estómago y los pulmones, una pregunta húmeda y sin principio, una canica, un vacío encadenado a un fondo. Cada vez que calaba el cigarrillo casi sentía que el humo, tras infinitas vueltas de espiral sobre aquel agujero, se disolvía sin tacto, cayendo en mí.

viernes, febrero 6

En el urinario con Mario Poggi

No hay condiciones para la brisa, es decir
la vela o la llama y nunca por los mil diablos ambas
no es como decir Me llevaría el fuego, mira tú
que pendejo
que poético este hueon

y los mares son siete.

En fin, que las cartas sí eran negras
no sé si espadas, no sé si tréboles
quién se pone a ver si eran de cuatro hojas, jojolete
mañana lavo este terno blanco
este pañuelo con mucho moco y mucha sangre
tú entiendes
tú tienes cara de entender

y sábes cómo haces para que las palomas no se te
caguen encima?
el blanco, pues, el blanco
te vuelves un huevo grandote visto a lo lejos
desde arriba

eso sería más o menos como el cagarte sobre
el huevo o la gallina

Este clima es propicio para el anochecer y los pies
en aceras
que es como decir Yo paso, tío
y no ser ni poético
ni el último hueón
que pisó el mundo.