martes, diciembre 30

A frente a Z

la esquina
del reloj
(que no gira que no
da la hora)


(Debería,
Lo Primero)

un Café o
algo parecido.
bueno,

A veces Es Un Decir

Ella toma su cerveza
directamente
de la Botella. Barena.

él
no toma nada
y
La Mira como Si Ella pudiera ser
de Arena
De Un Momento

A Otro
y enciende un cigarrillo,
sonríe
(a medias, la otra
mitad
cala)
Había otras personas en la mesa,
Además.

domingo, diciembre 28

Has dormido alguna vez?

...y abrir los ojos
a las 3:43
de la mañana

y recordar en un segundo
detalles importantes

existo,
respirar,
existes.

sábado, diciembre 27

Disquisición extravagante e inconclusa sobre los gusanos [1]

"...lo que tiene son lombrices en el cuerpo,
que se le acercan al corazón
y le matarían sin duda..."
Boccaccio, Decamerón, VII, 3.


Además de incómodas, las lombrices manchan los harapos con sus entrañas psicodélicas. Ocurre casi siempre que, una vez muerto, uno ni tiempo tiene de acostumbrarse a sus propias emanaciones corporales o a su propio cuerpo en descomposición y ya están jodiendo, saliendo de quiénsabedónde para meterse por todos lados: El orto, la garganta, los ojos, oídos, fosas nasales... mientras quede algo de eso, claro. O será que salen? O será que desde el día en que inhalamos por primera vez este (nuestro ahora) aire corrupto comenzaron a cavar desde adentro? En fin, estas reflexiones no vienen al caso. Porque, finalmente, aparentemente, se van por donde vinieron. Claro que ahora venga alguien a decirme por dónde jibaja es que se van, y a dónde es que va a parar toda nuestra sustancia, nuestro elemento, lo que componía el cuerpo que alguna vez nos perteneció. Algunos -los más espirituales- nos vendrán con eso de volver a la tierra...
Otra vez. Que no es de eso que lo quería hablar hoy.
Aún si asumimos desde un principio la premisa de no juzgar irracional ningún acto o análisis que haga el ser humano, siempre y cuando sea de carácter científico, aún cuando todos los requisitos que la práctica de la ciencia requiere sean cumplidos, la sola mención de esta idea le parecerá al lector insultante, estúpidamente descabellada: En la ilógica dimensión que habito, existen seres que ocupan enteramente su tiempo en acabar con a las lombrices.
Reviso los antecedentes de mi desaventurado encuentro con los Vermi. 1. Un estudio de Mirta Valvassori, de la Universidad de Alcalá, mujer definitivamente obsesionada con los ritos del medioevo (y, claro, con las lombrices). 2. La novella 3, jornada VII del Decamerón de Boccaccio, de la cual ciertas frases aluden lejanamente a ciertos ritos destinados a eliminar del cuerpo humano a las lombrices. No hay mucho más en qué basar las creencias de este grupo de hombres.
La idea que impide dormir a los Vermi es más o menos la que sigue: Las lombrices poseen una connotación simbólica nefasta, que las emparenta con las serpientes como portadoras del mal. Seres inferiores, relacionados con la disolución, con la muerte, que entran en el cuerpo humano y lo corrompen, llevándolo al mundo subterráneo. Cito a Cirlot y su irremplazable Diccionario de Símbolos: "... Jung lo define como figura libidinal que mata en lugar de vivificar. Débese a su frecuente carácter subterráneo, a su inferioridad, a su relación con la muerte y con los estadios de disolución o primariedad biológica. Así es muerte relativa (para lo superior, organizado) lo que simboliza, pues, en el fondo –como la serpiente- es un exponente de la energía reptante y anudada...". Ya en el dominio de las representaciones, más extraña aún se nos hará la representación del rito para aniquilar a las lobrices.
Éstas están representadas por un retazo de hilo blanco que será cortado en dos con una tijera, símbolo inequívoco de la cruz cristiana.

sábado, diciembre 13

Botella desde el Mar Negro

Y ella dijo 28 años y no sabes que los labios deben conocerse
antes de besarse.
Y habló del Mar Negro
dónde me encontró
disfrazado de naufragio
con un salvavidas en forma de lunar
gemelo en el brazo.

miércoles, diciembre 3

me ha costado, me ha de frente

Y es que ven silbando cigarrillos
humo marino, una bruma un velo
para vestir, leve
nube al vacío
yo, mientras tanto, dormía.